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Gases del Bebé Lactante

Es normal que durante los primeros meses, nuestro bebé sufra gases, y que los gases de los bebés lactantes son muy comunes.

Si los gases son excesivos necesitaremos conocer la causa visitando al especialista. Si son leves, existen modos para aliviar los gases del bebé. Mientras el bebé se amamanta es normal que trague un poco de aire, pero deberemos intentar que sea el menor posible dándole el biberón o el pecho de una forma tranquila y sin nervios.

¿Cómo aliviar los gases del bebé lactante?

gases-bebe-lactante-tienda-online-de-bebes-zilendoEn el caso del que el bebé tome biberón, deberemos mantener el recipiente de forma vertical para que no entre aire en la tetina, mientras que si toma el pecho deberemos tratar de no distraerlo. Una vez a finalizada la toma, es conveniente que eructe, a veces el eructo tarda en salir. Las mejores posturas para ayudar a eructar a nuestro bebé son: tumbado boca abajo sobre nuestras piernas proporcionándole suaves golpes en la espalda. También puedes sentarlo encima de las piernas ligeramente inclinado hacia adelante, sujetándolo por su tórax y cuello y con la otra mano frotándole la espalda o dándole ligeras palmaditas.

En el caso de que el bebé sufra gases del bebé lactante, podemos aliviarle el dolor con masajes circulares en la tripa en el sentido de las agujas del reloj y de forma muy suave.

Es esencial no ponerse nervioso y tener mucha paciencia pues somos nosotros lo que tenemos que procurar calmarlo y cuidar el bebé recién nacido.

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Cómo poner una silla de bebé en el coche

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Tipos de sillas para bebés

En nuestra tienda de bebés online, Zilendo, sabemos la importancia que tienen las sillas de coche para bebés y por ello te explicamos los tipos que existen y cómo colocarlas. Puedes encontrar diferentes modelos en la sección de sillas de coche para bebés.

Existen distintos tipos de silla para bebés. Se dividen por grupos que diferencian a los niños y su protección según su edad pero, sobre todo, peso. Es bueno tener en cuenta este punto pues no es lo mismo un sistema de sujección para los más pequeños que para los más mayores.

Grupo 0: Son sillas de retención infantil para críos de hasta 10 kilos y hasta unos 9 meses. Conocidos como cucos siempre deben de ir colocados mirando hacia atrás, en sentido contrario a la marcha, y en los asientos traseros.
tipos-de-sillas-de-coche-para-bebes-tienda-online-de-bebes-zilendoGrupo 0+: Sillas para niños de hasta 13 kilos y hasta unos 2 años de edad. Éstas van en una posición más vertical pero igualmente deben de ir dirigidas en sentido contrario a la marcha y en los asientos traseros del vehículo. Estas sillas se conocen habitualmente como las maxi-cosi.
Grupo I: Para más mayores, para niños de 9 a 18 kilos o de 9 meses a unos 3 años de edad. Una silla ya colocada en posición vertical y que sujeta al niño a través de un arnés. Deben ir colocadas todavía en sentido contrario a la marcha, siendo el último grupo con esta particularidad.
Grupo II: Para niños de entre 15 y 25 kilos y una edad aproximada de entre 3 y 6 años. Son sillas más grandes y ajustables a la edad del niño durante su utilización. Utilizan el propio cinturón de tres puntos del vehículo para amarrar al pequeño y se colocan en el sentido de la marcha. Pueden ir colocadas en el asiento delantero.
Grupo III: El último grupo y el paso previo a dejar la silla. Para niños de entre 22 y 36 kilos, una edad aproximada de entre 6 y 12 años. Más que silla suelen ser cojines elevadores para que el niño utilice de forma segura el cinturón de seguridad. No en vano, la recomendación es que cuenten con un respaldo ajustable. Pueden ir en los asientos delanteros o traseros y siempre en el sentido de la marcha.

Sistema Isofix

Cada vez más fabricantes integran el tipo de sujeción Isofix en sus coches. Es una sujeción estándar que permite a los padres amarrar la silla de los niños al coche de forma sencilla y segura. Cuando un asiento dispone de este tipo de sujeción, hay una pequeña etiqueta en el propio asiento que informa de la posibilidad de colocar una sillita compatible. Ojo, la silla tiene que ser compatible, un punto a tener en cuenta a la hora de elegirla.

Son dos anclajes soldados a la propia estructura de coche que asoman entre la banqueta y el respaldo del asiento. En caso de utilizar un dispositivo de retención con este sistema vale la pena tener en cuenta que no hay que utilizar el cinturón de seguridad del coche para amarrarlo. De ser así es un sistema mixto no tan eficaz como el Isofix.

Este sistema de anclaje agrupa los dispositivos de retención de Grupo 0+ y Grupo I. Además de los anclajes Isofix, las sillitas pueden montar un tipo de anclaje Top Tether, también indicado por una pegatina o etiqueta, que sujeta la silla por la parte superior. Los que no lo lleven integran un soporte que sujeta la silla al piso del vehículo. Este tercer punto de anclaje es esencia y evita que la sillita bascule.

Consideraciones generales

cómo colocar una silla de coche para bebés

Para rematar nuestro análisis sobre cómo colocar sillitas infantiles, conocer sus tipos y particularidades, no queda más que realizar una serie de consideraciones a tener en cuenta para los padres. La primera de ellas, y puede que obvia, es que si viajamos sin el niño en el coche, o bien quitemos la sillita o bien la dejemos anclada. Dejarla suelta, en caso de accidente, la convierte en un objeto peligroso dentro del coche.

Otro tema es el viaje. No hay que tener miedo ni estar mirando constantemente al niño cuando va en el asiento de atrás. Aunque vaya en sentido contrario a la marcha y no le veamos la cara. Es importante preparar un entretenimiento para él, que pueda mirar por la ventanilla lateral y, sobre todo, que no nos torzamos o desviemos la mirada de la carretera. Merece la pena pararse y solucionar el problema que distraerse y crear otro mayor.

Algunos modelos ofrecen sillas infantiles integradas en los asientos traseros (según grupos de edad)
Una vez que el niño supere 1,35 m de altura podrá ya viajar con los cinturones de seguridad del propio coche, sin dispositivo de retención infantil. No es menos cierto, no en vano, que los expertos recomiendan esperar hasta 1,50 m de altura para que el niño vaya cómodo y el cinturón pueda ajustarse de manera más eficaz. Es por ello que un cojín elevador hasta esa altura límite no es una mala idea.

Tras leer esto muchos padres se echarán las manos a la cabeza y empezarán a echar cuentas. Sí, todas estas sillitas infantiles son caras. Pero tranquilo, que haya hasta 5 grupos no significa que tengamos que comprar hasta 5 sillas de coche para bebés. De hecho, actualmente muchas de ellas, sobre todo si nos centramos en fabricantes de calidad, ofrecen sillas bastante modulables capaces de adaptarse a las necesidades de varias edades.

En otras palabras, con las sillitas de Grupo 0+ y Grupo 1 podríamos cubrir una franja de edad, mientras que con las de Grupo 2 y Grupo 3 podríamos cubrir otra franja. Con sólo dos sillas, siempre que éstas cumplan los requisitos y se adapten al niño, podremos seguir la evolución del pequeño de forma completamente legal y segura.

Fuente: Actualidad Motor

Cómo poner una silla de bebé en el coche

Te dejamos  un videotutorial sobre cómo colocar sillas de bebés en el coche

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Cómo preparar un biberón

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  1. ¿Cómo preparar un biberón?
    1. La base: un material bien limpio
    2. ¿Qué tipo de agua utilizar?
    3. Preparación y dosificación
    4. Servir a la temperatura adecuada
    5. ¿Puede prepararse un biberón previamente y calentarse después?
    6. ¿¿Puedo conservar un biberón dejado a medias?

 

En nuestra tienda de bebés online queremos mostrarte el proceso para preparar un biberón, por ello te traemos estos consejos de Nestlé.

¿Cómo preparar un biberón?

De momento, has recorrido arriba y abajo las secciones especializadas para encontrar la combinación ideal de biberón y tetina para tu bebé. Ahora queda dominar su preparación respetando las diferentes reglas inherentes a la higiene y las cantidades.

La base: un material bien limpio

El biberón y las tetinas nuevas deben limpiarse siempre antes de su uso.
– Tras cada utilización, es aconsejable esterilizar la tetina, la rosca, el tapón y el biberón preferentemente al vapor o en agua hirviendo (método térmico) o a base de comprimidos (método químico).

– Después de su uso, hay que limpiar bien con una escobilla el biberón, la rosca y la tetina para eliminar cualquier resto de leche.

– Antes de preparar un biberón, lávate bien las manos y sitúate en un lugar limpio. Lo mejor es dedicar un rincón de la cocina a la preparación de biberones. De esta manera, no lo contaminarás con otros alimentos corrientes (pollo, huevos…). Cuando no estés en casa, no dudes en usar toallitas desinfectantes.

– Si utilizas leche infantil en polvo, mantén siempre la dosis en su envase original. Ello evitará que se moje o manche.

¿Qué tipo de agua utilizar?

Agua embotellada de mineralización débil. La etiqueta debe incluir la mención «adecuada para la alimentación de lactantes». Una vez abierta la botella:

consérvala alejada de la luz y el calor durante 24 horas.
resérvala para el bebé (sobre todo, no bebas directamente de la botella)

Preparación y dosificación

Seguramente te preguntarás cuánta leche debe tomar tu pequeño. La cantidad del biberón del bebé varía según el peso del niño y su apetito. Si tienes dudas, pide consejo a tu pediatra.
Importante: 1 dosis rasa de leche infantil en polvo por cada 30 ml de agua. Por ejemplo, si tu bebé se toma un biberón de 180 ml, vierte dicha cantidad de agua en el biberón, caliéntalo y añade 6 cucharadas rasas de leche infantil en polvo. Cierra el biberón y agítalo bien con las manos para que el líquido quede homogéneo.

Importante: primero vierte el agua y, a continuación, la leche en polvo.

Servir a la temperatura adecuada

Cómo preparar un biberónUnas veces, se aconseja no calentar el agua de los biberones del bebé y utilizarlos a temperatura ambiente. Otras veces, se recomienda calentar el agua para que, siguiendo el modelo de la leche materna, esté tibia, alrededor de 37°C. En este caso, la leche infantil se diluye mejor.

Cantidades medias según la edad:

• 1 y 2 semanas: 90 ml x 6 biberones/día
• 3 y 4 semanas: 120 ml x 6 biberones/día
• A partir de 1 mes: 150 ml x 5 biberones/día
• A partir de 2 meses: 180 ml x 5 biberones/día
• A partir de 3 meses: 210 ml x 5 biberones/día
• A partir de 5 meses: 240 ml x 5 biberones/día* A partir de 4-6 meses se suele recomendar la introducción paulatina de otros alimentos (cereales, verdura, y fruta), empezando por una vez al día.

Otra opción es utilizar una cacerola. Tanto en un caso como en el otro, antes de dar el biberón, agítalo bien y comprueba siempre la temperatura sobre el dorso de la mano.

No se recomienda el uso del microondas para evitar riesgos de quemaduras.

¿Puede prepararse un biberón previamente y calentarse después?

Por motivos de practicidad, se puede calentar el agua del biberón y conservarla en un termo previsto para ello (muchas marcas de biberón incluyen un termo del tamaño correspondiente) para añadir la leche en polvo en el último momento. Muy práctico, ¿no crees? ¡Sobre todo cuando se sale de paseo! Sin embargo, no olvides comprobar bien la temperatura del biberón antes de dárselo a tu bebé.
Asimismo, puedes comprar una caja con compartimentos para preparar y almacenar varias dosis de leche infantil. ¡Hay un montón de cosas para hacerte la vida más fácil!

¿Puedo conservar un biberón dejado a medias?

¡No, nunca! De esta manera, proliferarían las bacterias y el niño correría un riesgo sanitario. Por norma, prepara los biberones cuando se lo vayas a dar al bebé y tira sistemáticamente los restos de cada biberón.

Fuente: Nestlé

En nuestra tienda de bebés online encontrarás leche en polvo para lactantes en la sección de alimentación de bebés. Te presentamos algunos productos relacionados para tu pequeño;[/vc_column_text][vc_empty_space][products columns=»4″ orderby=»title» order=»» ids=»374, 380, 1948, 357″][/vc_column][/vc_row]

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Cómo preguntar a tu hijo ¿Cómo te ha ido el cole?

En esta ocasión te traemos un interesnte artículo de Bebés y más sobre cómo preguntar a tu hijo que tal le ha ido en el colegio.

Cuando dejamos a los niños en el cole siempre les decimos eso de «Que vaya muy bien» o «Que lo paséis muy bien y aprendáis mucho», porque es lo que los padres deseamos; que disfruten, que aprendan, que lo pasen bien con los compañeros y que no tengan ningún problema.

Por eso cuando los recogemos del colegio, después del abrazo, del «¡Choca!» o del beso les preguntamos eso de «¿Cómo te ha ido el cole?«, porque oye, han sido muchas horas y sabes que habrán hecho muchas cosas y pueden haber sucedido tantas otras. Ante esa posibilidad, esperas que abran el grifo y empiecen a soltar palabras, una tras otra, así que la cara que se te queda cuando lo resumen todo con un «Bien» es un poema, y entonces llega el momento en que una de dos, o das por sentado que le ha ido bien y no quiere hablar más del tema, o empiezas a pedir más detalles, en plan interrogatorio.

Pues bien, para que no sea una cosa, que te quedas sin saber nada y la comunicación brilla por su ausencia, ni la otra, que te acabas sintiendo como un policía buscando culpables y el niño como un sospechoso de algo, una mamá ha ideado una estupenda estrategia para que hablen sobre ello.

Lo hemos leído en la web Scary Mommy, que hace referencia a un artículo de Sara Ackerman en The Washington Post, donde nos cuenta esta sensación que acabo de expresar, la de querer saber y ver que no hay respuesta, y al preguntar sentir que le estás intentando sonsacar información privilegiada.

¿Y si no hacemos preguntas abiertas?

Seguro que lo habéis escuchado en más de una ocasión: hacer preguntas abiertas a los niños les lleva a dar respuestas cortas. Ellos no tienen la capacidad de concreción y síntesis que tenemos los adultos, y preguntarle a un niño qué ha hecho en el colegio o cómo le ha ido es algo tan abrumador en cuanto a información se refiere, que tiene dos opciones, o contártelo absolutamente todo, que puede ser difícil porque no todos los momentos le quedan «en la retina» para ser rescatados después, o decir que «todo bien», «no sé… supongo que bien» o similar, si no ha sucedido nada relevante que le provoque una inmensa alegría o una inmensa tristeza.

Por eso, si queremos respuestas, tenemos que ser concretos en las preguntas: «¿A qué has jugado a la hora del patio?», «¿Qué es lo más divertido que habéis hecho hoy?», «¿Qué tal ha ido la hora del desayuno?», «¿Te ha dicho hoy algo la profesora?», «¿Con quién has jugado hoy?». Ya, suena impertinente, tanta pregunta… no es plan de hacer todas las preguntas seguidas, una detrás de otra, porque al final al niño se le van a quitar las ganas no solo de hablar contigo, sino hasta de ir al colegio si sabe que luego llega el interrogatorio. Digamos que las menciono como ejemplos que pueden servir para que nos den información concreta.

Pero, según Sara, esta técnica también puede fallar, precisamente por lo que digo, mucha pregunta acaba también molestando, y en ocasiones los niños sueltan un «Ay, ¡déjame ya con el colegio!», que pobres, llevan un montón de horas ahí metidos y cuando tienen tiempo libre resulta que tienen que rememorar todo lo que han hecho.

¿Quieres oír cómo ha ido mi día?

Así que a esta mamá se le ocurrió que una buena manera de comunicarse con su hija era precisamente esa: comunicar. Y optó por pasar del método interrogativo a uno diferente, el de hablar. Así que le dijo a su hija un buen día si quería que le explicara cómo le había ido el día.

Ante el «Sí», ella, que es profesora, se dedicó a contarle qué había sido lo más divertido, qué había sido lo más aburrido, la gente con la que se había encontrado, lo que habían hablado, anécdotas con los alumnos, las lecciones que había enseñado, cuántos niños hacían tal o cuál cosa, etc.

Desde entonces, ante la pregunta, la niña siempre dice que sí, y aunque ella siempre había pensado que lo último de lo que quería hablar al llegar a casa era de su trabajo, porque sería aburrido para cualquiera e incluso para ella misma, le hace un completo resumen porque adora cuando su hija se esfuerza después en hacer un resumen de sus días, de esos ratos en que mamá e hija no están juntas, y adora también que la escuche y le parezca interesante lo que cuenta mamá.

Una estupenda relación de comunicación en que la niña aprende con las vivencias de su madre y descubre facetas que de otro modo jamás conocería, y en que la madre aprende con las vivencias de su hija, de aquello que la hace feliz y de aquello que le disgusta y que quizás, en otra situación, de otra manera, ni siquiera lo explicaría.

¿Qué os parece? A mí me ha gustado mucho porque es comunicación en estado puro, entrenando el diálogo, sabiendo la una de la otra, y entrenando la escucha activa, haciéndose sentir mutuamente partícipes de la vida de la otra.
Fuente: Bebés y más